48.3 División sexual del trabajo científico
La división sexual del trabajo científico alude a la distribución desigual de oportunidades, recursos, cargos y reconocimiento entre mujeres y hombres en el ámbito de la investigación y la producción de conocimiento. A lo largo de la historia universal de la ciencia, esta asimetría ha condicionado no solo la presencia o ausencia de mujeres en laboratorios y academias, sino también las líneas de investigación privilegiadas, los presupuestos asignados y el crédito público e institucional. En este apartado se explora la evolución de esta división desde la Antigüedad hasta la actualidad, presentando ejemplos, datos cuantitativos y sucesos clave que ilustran las barreras y los avances en la participación femenina en la ciencia.
1. Antecedentes en la Antigüedad y la Edad Media
En las civilizaciones clásicas —Grecia, Roma, China e India—, la educación de las mujeres en conocimientos científicos fue en general restringida. Aunque existen figuras notables como Hipatia de Alejandría (c. 370–415 d.C.), filósofa, matemática y astrónoma, su presencia fue la excepción. A partir del siglo V, la caída del Imperio romano y la hegemonía de la Iglesia cristiana en Europa redujeron la enseñanza científica a monasterios y catedrales, campos en los que las mujeres difícilmente accedían.
En el mundo islámico, las madrazas permitían un acceso más amplio al saber, pero la actividad científica continuó siendo un ámbito mayoritariamente masculino. De forma paralela, en China, el sistema de exámenes imperiales para el servicio civil, vigente desde el siglo VII, excluía a las mujeres, limitando su papel en la astronomía y la ingeniería públicas.
2. Renacimiento y siglo XVII: primeros destellos de participación
Durante el Renacimiento (siglos XV–XVI) comenzaron a formarse academias privadas de ciencias y artes. Algunas mujeres de la nobleza, instruidas por tutores particulares, se interesaron por la botánica, la alquimia y la astronomía. Entre ellas destacan:
- Isabella Cortese (Italia, 16.º siglo): publicó en 1561 el tratado de alquimia I secreti della signora Isabella Cortese, con recetas y recetas de laboratorio.
- Caterina Vitale (Italia, 1562–1619): farmacéutica y alquimista, fue la primera mujer profesora de botánica en Palermo.
No obstante, la mayoría de las mujeres carecía de acceso a las universidades, que en Europa cerraban sus puertas a alumnas. En 1678, la Royal Society de Londres admitió brevemente a la naturalista Margaret Cavendish (1623–1673) como miembro honoraria, pero esa concesión pronto se retiró.
3. Ilustración y Revolución Científica (siglo XVIII)
La Ilustración dio mayor visibilidad al saber experimental, pero el discurso de la razón y el progreso reforzó las jerarquías de género. Las mujeres de élite participaron como patrocinadoras o colaboradoras domésticas de sus maridos científicos. Un ejemplo fue Émilie du Châtelet (Francia, 1706–1749), traductora y comentarista de Newton, autora de Institutions de Physique (1740), en la que defendió el concepto de energía cinética. Sin embargo, su trabajo corrió a menudo a la sombra de Voltaire, su pareja intelectual.
En 1782 se estableció la Accademia dei Georgofili en Florencia, que admitió a la agrónoma Maria Anna Manz (1743–1809) como socia corresponsal. Pese a estos hitos aislados, las mujeres seguían excluidas de las academias nacionales y de las cátedras formales.
4. Siglo XIX: apertura limitada y obstáculos institucionales
El siglo XIX es testigo de las primeras universidades mixtas. En Estados Unidos, el Massachusetts Institute of Technology (MIT) admitió mujeres desde su fundación en 1861, aunque con cupos reducidos. En Europa, la Universidad de Zurich aceptó alumnas en 1867, siendo la primera universidad continental en hacerlo. Sin embargo, persisten importantes barreras:
- Exámenes diferenciados: las candidatas realizaban pruebas separadas y las condiciones eran menos rigurosas.
- Limitación de títulos: incluso tras aprobar, las mujeres a menudo recibían diplomas de «certificadas» en lugar de grados oficiales.
- Prohibición de cátedras: muy pocas pudieron ostentar plaza de profesorado.
Ejemplos relevantes:
- María Mitchell (1818–1889): primera profesora de astronomía en una universidad estadounidense (Vassar College, 1865).
- Sofia Kovalevskaya (1850–1891): obtuvo el doctorado en matemáticas en la Universidad de Göttingen en 1874, pero tuvo que trasladarse a Suecia para ejercer como profesora.
5. Principios del siglo XX: mujeres pioneras y el peso de la Primera Guerra Mundial
La Gran Guerra (1914–1918) introdujo a las mujeres en labores científicas de urgencia: análisis químicos para la producción de explosivos, investigaciones médicas para tratar heridas y epidemias, y criptografía. Tras la guerra, algunas instituciones otorgaron plazas vacantes de guerra a féminas, aunque con contratos temporales y salarios inferiores.
Casos emblemáticos:
- Marie Curie (1867–1934): primera mujer en ganar un Premio Nobel (1903 en Física junto a Pierre Curie y Henri Becquerel, y 1911 en Química). Sin embargo, tras el fallecimiento de Pierre en 1906, la Sorbona tardó en reconocerla como profesora titular.
- Francesca Cabrini (1874–1947): pionera en bioquímica italiana, trabajó en el Istituto di Fisica de Roma desde 1918, pero jamás obtuvo plaza titular.
6. Mitad de siglo XX: avance lento y consolidación de nichos
Entre 1945 y 1960, la creación de agencias como la UNESCO (1945) y la reconfiguración de la investigación tras la Segunda Guerra Mundial introdujeron planes de igualdad de género en algunos países. Sin embargo, los datos reflejan la persistencia de la brecha:
Década | % Mujeres en Ciencias Naturales (EE.UU.) | % Mujeres en Matemáticas (Reino Unido) |
1950–1959 | 5% | 3% |
1960–1969 | 8% | 5% |
1970–1979 | 12% | 9% |
En la URSS, las políticas de universalización de la enseñanza generaron cifras más altas, llegando al 25% de investigadoras en física para 1960, pero la escala de mando siguió dominada por hombres.
7. Movimientos feministas y políticas de igualdad (décadas de 1970–1990)
La segunda ola del feminismo reivindicó la presencia de las mujeres en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM). Entre 1976 y 1986, la Unión Europea financió diversos proyectos piloto sobre integración de género en investigación (programa COST). En Estados Unidos, la National Science Foundation (NSF) implementó en 1979 la sección ADVANCE para fomentar la carrera científica de las mujeres.
Resultados aproximados:
- En 1980, las mujeres representaban el 14% del personal investigador en ciencias físicas en Europa en 1990, alcanzaron el 20%.
- En 1983, sólo el 5% de las cátedras en universidades de EE.UU. estaban ocupadas por mujeres en 1993, subieron al 12%.
8. Siglo XXI: hacia la paridad en algunas áreas y brecha persistente en otras
Hacia 2000, la presencia femenina había aumentado considerablemente en biología y ciencias de la salud, superando a los hombres en matrículas de posgrado en muchos países. No obstante, en áreas como física teórica, ingeniería mecánica y matemáticas puras, la proporción permanecía baja:
Área | % Mujeres (2000) | % Mujeres (2020) |
Biología | 55% | 60% |
Medicina | 47% | 52% |
Física | 20% | 28% |
Ingeniería | 15% | 22% |
Matemáticas | 25% | 30% |
Hoy día, programas como UNESCO’s Global Education Monitoring y la Iniciativa de Mujeres y Niñas en STEM (Naciones Unidas, 2015) buscan no solo incrementar matriculaciones, sino mejorar la retención y ascenso profesional.
9. Ejemplos selectos de científicas y sus contribuciones
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Rosalind Franklin (1920–1958)
Su trabajo de difracción de rayos X fue esencial para desvelar la estructura de doble hélice del ADN en 1953. No obstante, fue marginada en la publicación de los artículos de Watson y Crick en Nature.
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Chien-Shiung Wu (1912–1997)
Físico experimental china-estadounidense. En 1956 demostró la no conservación de la paridad en interacciones débiles, un hallazgo reconocido con el Nobel para Lee y Yang, pero no para ella.
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Katherine Johnson (1918–2020)
Matemática afroamericana de la NASA, cuyas tablas de trayectoria fueron cruciales para los primeros vuelos tripulados de EE.UU. A pesar de su labor determinante en los años 50 y 60, recibió atención pública tardíamente.
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Dame Jocelyn Bell Burnell (1943– )
Astrónoma británica que descubrió los púlsares en 1967. En 1974 el premio Nobel de Física fue otorgado a su supervisor Anthony Hewish y a Martin Ryle, sin menciona a Bell Burnell.
10. Conclusiones y perspectivas futuras
Aunque el siglo XXI ha sido testigo de importantes progresos en la reducción de la brecha de género en ciencia, persisten retos:
- Techo de cristal: dificultades para acceder a cargos directivos e institucionales.
- Sesgos de evaluación: estudios recientes muestran que propuestas idénticas reciben menos apoyo si son presentadas con nombre de mujer.
- Conciliación: la sobrecarga de trabajo doméstico y de cuidados sigue recayendo desproporcionadamente en mujeres.
Para avanzar hacia la plena igualdad, se requieren:
- Políticas públicas de acción afirmativa y transparencia salarial.
- Mentoría y redes de apoyo para científicas en etapa temprana.
- Revisión de criterios de evaluación —bibliométricos y de impacto— para eliminar sesgos.
- Conciliación efectiva: guarderías en campus, licencias parentales igualitarias y flexibilidad horaria.
La historia de la división sexual del trabajo científico es la historia de barreras derribadas y de barreras que aún persisten. Conocer sus matices y episodios clave —desde Hipatia y Curie hasta las pioneras invisibilizadas de la NASA— es condición necesaria para diseñar marcos inclusivos. Solo así la ciencia universal podrá aprovechar el talento y la creatividad de todas las personas, sin importar su género.
Profundizando sobre el punto 48.3 División sexual del trabajo científico
Libros recomendados para ampliar conocimiento sobre este tema:
Libros recomendados sobre División sexual del trabajo científico
Selección de obras clave que abordan la participación de las mujeres, las dinámicas de género y la historia universal de la ciencia.
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The Mind Has No Sex? Women in the Origins of Modern Science
Autor: Londa Schiebinger. Editorial: Harvard University Press (1989).
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Has Feminism Changed Science?
Autor: Londa Schiebinger. Editorial: Harvard University Press (1999).
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Women Scientists in America: Struggles and Strategies to 1940
Autor: Margaret W. Rossiter. Editorial: Johns Hopkins University Press (1982).
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The Biographical Dictionary of Women in Science: Pioneering Lives From Ancient Times to the Mid-20th Century
Autores: Marilyn Bailey Ogilvie y Joy Dorothy Harvey. Editorial: Routledge (2000).
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The Science Question in Feminism
Autora: Sandra Harding. Editorial: Cornell University Press (1986).
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Hidden Figures: The American Dream and the Untold Story of the Black Women Mathematicians Who Helped Win the Space Race
Autora: Margot Lee Shetterly. Editorial: William Morrow (2016).
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The Only Woman in the Room: Why Science Is Still a Boys Club
Autora: Eileen Pollack. Editorial: Beacon Press (2015).
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Mujeres, ciencia y tecnología en España: Siglos XIX y XX
Autora: Isabel Esteban García. Editorial: CSIC (2006).
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