47.2 Desastres naturales y predicción

47.2 Desastres naturales y predicción

La historia de la ciencia está profundamente marcada por el estudio de los desastres naturales y los esfuerzos por predecirlos. Desde la Antigüedad hasta la era digital, los seres humanos han buscado comprender fenómenos como terremotos, erupciones volcánicas, tsunamis, huracanes e inundaciones. Este recorrido histórico muestra cómo las interpretaciones religiosas y míticas dieron paso al método científico, las redes de observación instrumentales y, finalmente, a sistemas de alerta temprana basados en satélites, sensores sísmicos y modelización por ordenador.

1. Primeras interpretaciones y experiencias antiguas

En el mundo antiguo, los desastres se atribuían a la cólera de los dioses o castigos divinos. El terremoto de Helike (373 a.C.) en Grecia dejó sepultada una ciudad entera y sirvió de base para las primeras reflexiones filosóficas. En Mesopotamia, los astrólogos babilónicos relacionaban eventos celestes con erupciones volcánicas y sequías. No existía un sistema de predicción basado en datos empíricos, pero las crónicas asirias registraban patrones repetitivos como eclipses y fenómenos meteorológicos asociados a escasez de cosechas y crisis sociales.

2. Del fatalismo medieval al surgimiento de la ciencia moderna

2.1 Terremotos y epidemias en Edad Media

Durante la Edad Media, catástrofes como el terremoto de San Román de la Llanura (1117) en Italia y la Peste Negra (1347-1351) reforzaron la visión apocalíptica. Sin embargo, algunos cronistas comenzaron a anotar fechas, duración de temblores y comportamientos animales, sentando bases rudimentarias para futuros estudios sísmicos.

2.2 El gran terremoto de Lisboa (1 de noviembre de 1755)

El sismo de Lisboa de 1755, con una magnitud estimada de 8.5–9.0, provocó un tsunami que arrasó la costa atlántica de Europa y África del Norte. Murieron entre 30.000 y 60.000 personas. Su impacto intelectual fue mayúsculo: Voltaire lo menciona en Cándido, buffon analiza la propagación de ondas y el mariscal de Portugal impulsa las primeras redes de estaciones sísmicas. Por primera vez se asoció la intensidad de un terremoto con la distancia al epicentro, con mediciones instrumentales rudimentarias.

3. Siglo XIX: sistematización de la meteorología y la sismología

El avance de la Revolución Industrial impulsó la creación de redes de telegrafía para intercambiar datos meteorológicos. En 1847 el británico Robert FitzRoy funda la Oficina Meteorológica del Reino Unido y publica los primeros pronósticos barométricos semanales. En Francia, el físico François Arago promueve el mapa de isobaras para anticipar tormentas. Paralelamente, Luigi Palmieri instrumenta el Vesuvius con sismógrafos mecánicos (1850), ofreciendo registros continuos de la actividad sísmica y volcánica.

  • 1854: primer mapa meteorológico de Europa basado en mediciones horarias de presión y temperatura.
  • 1868: creación de la Seismological Society of America, dedicada al estudio sistemático de terremotos.
  • 1883: erupción del Krakatoa, magnitud VEI 6, que genera tsunamis de hasta 30 m de altura. Se recopilan datos de disminución de la presión atmosférica en estaciones de todo el mundo.

4. Siglo XX: nacimiento de la predicción científica

4.1 Predicción sísmica temprana

En 1906, el devastador terremoto de San Francisco (magnitud 7.8) provoca más de 3.000 muertos y enormes incendios. La localización del fallo de San Andrés estimula estudios geológicos. A mediados de siglo, con la teoría de placas tectónicas (1968, investigadores como John Tuzo Wilson y W. Jason Morgan), se comprende que la acumulación de tensiones en las fallas es la causa principal de los terremotos.

En China, el sismo de Haicheng (4 de febrero de 1975, M≈7.3) se anticipó parcialmente gracias a anomalías en niveles de agua subterránea, actividad sísmica previa y comportamientos animales. Las autoridades evacúan unas 150.000 personas y sólo mueren 2.000, frente a un potencial de más de 20.000. Aunque discutido, este caso se cita como “éxito” de la predicción sísmica en la era moderna.

4.2 Monitorización volcánica

El siglo XX atestigua grandes erupciones, como la del Monte Santa Helena (18 de mayo de 1980, Washington, VEI 5), que fue precedida de meses de actividad sísmica y deformaciones del terreno medidas con GPS y clinómetros. Los vulcanólogos, siguiendo protocolos de la USGS (US Geological Survey), emiten alertas y limitan el acceso a la zona, reduciendo víctimas.

En 1991, la erupción del Pinatubo (Filipinas) fue anticipada gracias a observaciones de SO₂ y bradisismo. La evacuación de 75.000 personas minimizó las muertes.

5. Tsunamis y sistemas de alerta temprana

El devastador tsunami del Océano Índico (26 de diciembre de 2004) cobró más de 230.000 vidas. La falta de un sistema regional de boyas y sirenas impidió avisos a tiempo. Tras esa tragedia, se implementa el Indian Ocean Tsunami Warning System bajo la UNESCO y la IOC. En 2006 entra en operación la red DART (Deep-ocean Assessment and Reporting of Tsunamis), que combina boyas y sismógrafos submarinos para detectar cambios de presión y enviar alertas en minutos.

En Japón, después del Tōhoku (11 de marzo de 2011, M9.0), el Japan Meteorological Agency (JMA) revisó sus protocolos de evacuación costera. A pesar del gran número de víctimas (más de 18.000 muertos), la infraestructura de alerta redujo el impacto potencial de un tsunami que alcanzó más de 40 m en algunos puntos de la costa de Miyagi.

6. Huracanes, tifones e inundaciones

Los huracanes del Atlántico han sido objeto de atención desde que la Oficina Meteorológica de Estados Unidos publica boletines en 1871. El Galveston (8 de septiembre de 1900, categoría 4) mata a unas 8.000 personas. A partir de 1950, con aviones cazahuracanes y satélites meteorológicos (NOAA), se obtienen datos en tiempo real para trazar el rumbo y la intensidad de tormentas tropicales.

En 2005, el huracán Katrina golpea Nueva Orleans, provocando más de 1.800 muertes y pérdidas económicas superiores a 100.000 millones de dólares. Se identifican fallos en previsión, evacuación y sistemas de diques. Desde entonces, se desarrollan modelos computacionales más precisos y planes de contingencia basados en inundaciones de presión dinámica.

7. Herramientas modernas y perspectivas futuras

Hoy, la predicción de desastres naturales integra múltiples tecnologías: redes de sensores IoT, satélites geoestacionarios, radares meteorológicos Doppler, modelización numérica de fluidos y aprendizaje automático. En 2020, el sistema europeo Copernicus Emergency Management Service proporciona mapas de inundaciones en tiempo real con resolución de hasta 10 m. La inteligencia artificial permite analizar en segundos grandes volúmenes de datos sísmicos para detectar patrones precursores.

Los retos persisten: la predicción exacta de la hora y magnitud de un terremoto sigue siendo imposible, y el cambio climático incrementa la frecuencia de fenómenos extremos. Sin embargo, la cooperación internacional —a través de organismos como la UNESCO, la OMM (Organización Meteorológica Mundial) y las redes regionales de América Latina— ha mejorado la resiliencia de comunidades y la eficacia de los sistemas de alerta temprana.

8. Resumen de hitos y lecciones aprendidas

Año Evento Tipo Predicción Víctimas
1755 Terremoto de Lisboa Terremoto/Tsunami Ninguna 30.000–60.000
1883 Erupción del Krakatoa Volcánica Ninguna 36.000
1900 Huracán Galveston Huracán Básica (barómetro) 8.000
1975 Terremoto de Haicheng Terremoto Parcial (anomalías) 2.000
2004 Tsunami Índico Tsunami Ninguna 230.000
2011 Tsunami de Tōhoku Tsunami Alerta JMA 18.500
2005 Huracán Katrina Huracán Modelos SAT/AVN 1.800

En conclusión, la evolución de la predicción de desastres naturales refleja el avance de la ciencia y la tecnología: de la mitología a la instrumentación, de las observaciones puntuales a los sistemas globales de monitorización. Aunque persistan incertidumbres, la mayor cantidad de datos y la capacidad de análisis en tiempo real reducen cada vez más el impacto humano y material de estos fenómenos.

Profundizando sobre el punto 47.2 Desastres naturales y predicción

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Título Autor(es) Año Editorial
Predicting the Unpredictable: The Tumultuous Science of Earthquake Prediction Susan Hough 2010 Princeton University Press
Natural Hazards and Disasters (3ª ed.) Donald Hyndman, David Hyndman 2014 Cengage Learning
Earthquake Prediction: Seismological Foundations Felix A. Adams, George O. Jackson 1988 Chapman Hall
The Black Swan: The Impact of the Highly Improbable Nassim Nicholas Taleb 2007 Random House
Earth-Shattering: The Myth of the Great Lisbon Earthquake and the Making of the Modern World Ross King 2005 Walker Books
Megadesastres: Historia de las mayores catástrofes naturales Anthony Hall 2002 Debate
Historia natural de los desastres: Desde la Prehistoria hasta hoy Fernando Vidal, María Luisa Femenías (eds.) 2012 Universidad del País Vasco

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