Introducción
La incorporación de laboratorios escolares en los planes educativos y el desarrollo del aprendizaje activo constituyen dos de los hitos más relevantes en la historia universal de la ciencia aplicada a la enseñanza. A lo largo de los siglos XIX y XX, numerosas reformas pedagógicas, investigaciones científicas y experiencias prácticas impulsaron la transformación de la clase magistral tradicional hacia espacios de experimentación, indagación y descubrimiento. A partir de mediados del siglo XIX, la creación de laboratorios de química, física y biología en escuelas secundarias y universidades sentó las bases de lo que hoy entendemos como “aprendizaje activo”, una metodología centrada en el estudiante, que busca fomentar la construcción de conocimientos a través de la experiencia directa.
Orígenes de los laboratorios escolares
Los primeros laboratorios destinados a la enseñanza formal de las ciencias surgieron en el contexto de la Revolución Industrial y del avance de las ciencias experimentales. Fue en Alemania donde Justus von Liebig (1803-1873), considerado el “padre de la química orgánica moderna”, inauguró en 1835 en la Universidad de Gießen el primer laboratorio dirigido a la formación de estudiantes de química. Esta iniciativa, innovadora para la época, permitió combinar teoría y práctica en un mismo espacio y sirvió de modelo para numerosas instituciones europeas.
Laboratorios en Europa Occidental
- 1840: Henry Roscoe introduce prácticas de química en la Universidad de Manchester (Reino Unido).
- 1856: La “Royal Commission on Scientific Instruction and the Advancement of Science” en Inglaterra recomienda la creación de laboratorios en escuelas secundarias.
- 1876: Fundación de la Institución Libre de Enseñanza en España, donde Francisco Giner de los Ríos incorpora la enseñanza práctica de las ciencias.
Expansión en Estados Unidos
A mediados del siglo XIX, universidades como Harvard (1849) y Yale (1852) comienzan a abrir laboratorios de física y química para estudiantes de pregrado. En el año 1861 se registra la primera cátedra de física experimental en la Universidad de Columbia. Esta tendencia se refuerza tras la Guerra Civil, cuando las necesidades industriales y militares impulsan la formación de ingenieros y químicos prácticos.
Desarrollo y consolidación a principios del siglo XX
A comienzos del siglo XX, la pedagogía científica incorpora teorías psicológicas y educativas que subrayan la importancia de la actividad del estudiante en el proceso de aprendizaje. En 1905, John Dewey publica en Estados Unidos sus primeros ensayos sobre educación progresista, abogando por el “learning by doing” (aprender haciendo). Para 1916, con la obra Democracy and Education, Dewey sistematiza la idea de que el laboratorio, entendido como un espacio de experimentación social y cognitiva, debe integrarse en todos los niveles de la enseñanza.
Fundamentos teóricos del aprendizaje activo
El aprendizaje activo surge de la confluencia de distintas corrientes pedagógicas y psicológicas que coinciden en darle al alumno un papel protagonista. En lugar de recibir información pasivamente, el estudiante se involucra en tareas de investigación, resolución de problemas y proyectos colaborativos.
John Dewey y la pedagogía progresista (1900-1930)
Dewey (1859-1952) enfatiza que la educación debe relacionarse con la experiencia cotidiana y con problemas reales. Sus dos principios básicos:
- La escuela como comunidad democrática, donde docentes y alumnos colaboran.
- El currículo basado en la indagación y la reflexión sobre la propia experiencia.
En 1922 se abre el Laboratorio de la Escuela de la Universidad de Chicago, un prototipo de “escuela-laboratorio” donde los alumnos de primaria y secundaria aplican métodos científicos en experimentos cotidianos.
Jean Piaget y la psicología genética (1920-1970)
Jean Piaget (1896-1980) aporta la noción de que el conocimiento se construye activamente mediante la asimilación y acomodación de esquemas mentales. Sus estudios con niños revelan etapas de desarrollo cognitivo que aconsejan adaptar las actividades prácticas a la madurez del sujeto. En Francia, desde 1935, surgen “colonias de vacación” científicas donde los jóvenes realizan investigaciones sencillas de biología y geología, sentando las bases de la educación ambiental aplicada y el aprendizaje al aire libre.
Constructivismo, Ausubel y Bruner (1950-1970)
David Ausubel (1918-2008) insiste en la importancia de los conocimientos previos y de los organizadores avanzados para facilitar el aprendizaje significativo. Jerome Bruner (1915-2016) promueve el “enfoque por descubrimiento” (discovery learning) y el uso de laboratorios de ciencias como espacios donde el alumno explora hipótesis, formula preguntas y elabora conclusiones.
Ejemplos históricos de laboratorios escolares y aprendizaje activo
A continuación se presentan algunos ejemplos internacionales de proyectos y reformas que transformaron la enseñanza de las ciencias mediante laboratorios y metodologías activas:
- BSCS (Biological Sciences Curriculum Study), EE. UU. (1958-1963): tras el éxito del programa de física PSSC, se crea un currículo de biología con laboratorios diseñados para el aprendizaje por indagación.
- Proyecto Nuffield Science, Reino Unido (1962): impulsado por la Nuffield Foundation, sustituye la instrucción tradicional por talleres prácticos de física, química y biología en secundaria.
- Reforma RUP – Reforma Universitaria de Puebla (México, 1975): introduce laboratorios de ciencias en la enseñanza media, combinando investigación de campo y trabajo en bodega de materiales.
- STEM Finlandés (década de 1970-1980): Finlandia integra proyectos interdisciplinarios y laboratorios móviles en escuelas rurales como parte de su reforma educativa nacional.
Tabla de hitos clave en laboratorios escolares y aprendizaje activo
| Año | Evento | Impacto |
| 1835 | Laboratorio de Liebig en Gießen | Primer laboratorio universitario para estudiantes de química. |
| 1861 | Cátedra de física experimental en Columbia (EE. UU.) | Inicio de la enseñanza práctica universitaria en física. |
| 1905 | Publicación de John Dewey sobre “learning by doing” | Fundamentos de la pedagogía progresista. |
| 1922 | Laboratorio-escuela de la Universidad de Chicago | Modelo experimental de escuela con talleres de ciencias. |
| 1958 | BSCS en EE. UU. | Nuevos currículos de biología basados en la investigación. |
| 1962 | Proyecto Nuffield Science (Reino Unido) | Laboratorios prácticos en secundaria. |
| 1975 | Reforma Universitaria de Puebla (México) | Laboratorios de ciencias en la educación media. |
Investigaciones contemporáneas sobre eficacia del aprendizaje activo en laboratorios
En las últimas décadas, numerosos estudios confirman los beneficios del aprendizaje activo en laboratorio. Richard Hake (1998) analizó más de 6.000 estudiantes de física y encontró que aquellos sometidos a métodos interactivos superaban en un 48% a los grupos tradicionales en comprensión conceptual.
En 2004, Michael Prince recopila evidencias de más de 60 investigaciones universitarias y concluye que el 70% de ellas muestra mejoras significativas en la retención de contenidos y el desarrollo de habilidades científicas cuando se implementan prácticas de laboratorio basadas en indagación.
En 2010, un meta-análisis de Frey y Fisher evalúa 38 estudios en entornos de educación secundaria y revela aumentos de hasta un 30% en las calificaciones de ciencias, así como mejoras en la actitud y la motivación del alumnado.
Desafíos y perspectivas
A pesar de los avances, la implementación efectiva de laboratorios escolares y estrategias de aprendizaje activo enfrenta retos:
- Recursos económicos limitados en muchas regiones, que dificultan la dotación de material y personal especializado.
- Formación docente insuficiente en metodologías basadas en la indagación y uso de tecnologías.
- Evaluaciones estandarizadas que privilegian contenidos memorizados sobre habilidades prácticas.
No obstante, la incorporación de simuladores digitales, laboratorios remotos (telescopios, microscopios conectados a Internet) y entornos de realidad aumentada permite superar barreras geográficas y económicas. Iniciativas como la plataforma PhET Interactive Simulations (Universidad de Colorado) y las aulas STEM móviles ofrecen nuevas oportunidades de aprendizaje activo para miles de estudiantes.
Conclusión
Desde los primeros laboratorios de Liebig hasta las aulas digitales de hoy, la historia universal de la ciencia educativa demuestra que el espacio de laboratorio y las metodologías de aprendizaje activo han sido esenciales para formar pensadores críticos y profesionales capacitados. Gracias a aportaciones de Dewey, Piaget, Ausubel y Bruner, y al empuje de proyectos como BSCS y Nuffield Science, la enseñanza de las ciencias ha evolucionado hacia modelos centrados en la experiencia directa. Aunque persisten desafíos de infraestructura y actualización pedagógica, las evidencias recopiladas a lo largo de más de 150 años muestran de manera consistente que aprender haciendo potencia la comprensión, la creatividad y el compromiso de los estudiantes con la ciencia.
Profundizando sobre el punto 35.2 Laboratorios escolares y aprendizaje activo
Libros recomendados para ampliar conocimiento sobre este tema:
Libros recomendados sobre laboratorios escolares y aprendizaje activo de historia universal de la ciencia
-
Historia de la ciencia y laboratorios escolares: un enfoque de aprendizaje activo
María Ángeles Alonso Pérez. Editorial Ariel, 2011. Disponible en https://www.ariel.com/historia-ciencia-laboratorios
-
Laboratorios escolares en la enseñanza de la ciencia: historia y práctica
Luciana Petit. Editorial Graó, 2014. Disponible en https://www.grao.com/laboratorios-ensenanza-ciencia
-
History, Philosophy, and Science Teaching: New Perspectives
Michael R. Matthews. Routledge, 2010. Disponible en https://www.routledge.com/history-philosophy-science-teaching
-
Historia y filosofía de la ciencia en el aula
Joaquín Gómez y Carmen Ruiz. Editorial Síntesis, 2017. Disponible en https://www.sintesis.com/historia-filosofia-ciencia
-
Active Learning in Science: Historical Perspectives
Paulo S. Almeida. Springer, 2018. Disponible en https://link.springer.com/active-learning-science
-
Teaching and Learning History of Science in the Classroom
Michael R. Matthews. Springer, 2020. Disponible en https://link.springer.com/teaching-history-science

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