12.4 Patentes, fábrica-laboratorio y profesionalización
Durante la segunda mitad del siglo XVIII y a lo largo del XIX, el avance científico-tecnológico y la expansión industrial estuvieron íntimamente ligados a la consolidación del sistema de patentes,
al surgimiento de la fábrica-laboratorio y a la creciente profesionalización de la ciencia y la ingeniería. Estos tres elementos configuraron un nuevo paradigma de producción de conocimientos
y de transferencia tecnológica que impulsó la llamada Segunda Revolución Industrial y sentó las bases del modelo moderno de investigación aplicada.
Sistema de patentes: origen y evolución
El sistema de patentes se originó en Europa en el siglo XVII, pero no fue hasta el XVIII cuando tomó forma institucional. En Inglaterra, la Statute of Monopolies (1624) limitó los
privilegios reales y estableció el antecedente de la protección de invenciones para un periodo de 14 años. En Francia, la patente de invención se organizó bajo la Monarquía de Luis XVI
(1781), extendiéndose luego durante la Revolución Francesa (1791).
Con la Revolución Industrial se multiplicó el número de solicitudes de patentes y su carácter estratégico. El siguiente cuadro resume hitos significativos:
Año | Suceso |
1624 | Estatuto de Monopolios en Inglaterra |
1781 | Creación del sistema de patentes francés bajo Luis XVI |
1793 | Registro de patentes en Estados Unidos (Ley de patentes de 1790) |
1852 | Ampliación del sistema de patentes británico (Patent Law Amendment Act) |
1883 | Convención de París sobre la protección de la propiedad industrial |
Ejemplos emblemáticos ilustran la potencia del sistema de patentes:
-
Thomas Alva Edison patentó la lámpara incandescente en 1879 (patente US223898), lo que le permitió crear la Edison Electric Light Company y controlar comercialmente
este invento fundamental para la electrificación. -
Alexander Graham Bell registró la patente del teléfono en 1876 (US174465). Este caso suscitó disputas legales con Elisha Gray, pero confirmó el perfil de la patente
como herramienta de exclusividad tecnológica. - Karl Benz patentó en 1886 el primer vehículo automóvil con motor de combustión interna (patente alemana DRP37435), abriendo el camino para la industria automotriz.
El sistema de patentes cumplió varias funciones clave:
- Incentivar la invención mediante la promesa de exclusividad temporal.
- Difundir los conocimientos técnicos, ya que la descripción detallada de la patente se publicaba.
- Facilitar la financiación de nuevas empresas tecnológicas, al servir como activo de valor ante inversores.
La fábrica-laboratorio: nuevos espacios de investigación aplicada
Paralelamente al auge de las patentes, surgió un nuevo modelo de instalación donde convivían la producción industrial y la investigación sistemática: la fábrica-laboratorio.
En estas factorías se establecían departamentos especializados en I D (investigación y desarrollo), con personal técnico y científico dedicado a mejorar procesos y productos.
Algunas experiencias pioneras:
- Eltium Manufactory de Bologna (Italia, 1820): uno de los primeros talleres metalúrgicos dotados de un laboratorio químico para el análisis de aleaciones.
- Boulton Watt en el Reino Unido (finales del XVIII): James Watt colaboró con químicos para optimizar la calidad del hierro de las calderas y las juntas de sus máquinas de vapor.
- Siemens Halske en Alemania (fundada 1847): Wilhelm Siemens impulsó la electrometalurgia y creó salas de ensayo para el desarrollo de cables eléctricos y generadores.
- BASF (fundada 1865) y otras compañías químicas de la región del Ruhr: instalaron grandes laboratorios para la investigación de colorantes sintéticos, fertilizantes y productos farmacéuticos.
Características de la fábrica-laboratorio:
- Integración de la investigación científica al proceso productivo, con contacto directo entre ingenieros, químicos y técnicos de planta.
- Dotación de aparatos analíticos (balanzas de precisión, microscopios, espectrómetros rudimentarios) y personal con formación científica.
- Desarrollo de patentes internas y secretismo industrial para proteger innovaciones.
- Formación de equipos estables, con responsabilidades precisas: jefes de laboratorio, químicos júnior, operarios de pruebas.
Este modelo se expandió con fuerza durante la Segunda Revolución Industrial (1870-1914) y fue decisivo para la producción de acero, la química fina, la electricidad y la
industria de explosivos. Compañías como DuPont (EE. UU., fundada 1802) transformaron la dinamita de Alfred Nobel (patente de 1867) en un negocio mundial gracias a sus laboratorios.
La profesionalización de la ciencia y la ingeniería
La demanda de personal capacitado para trabajar en patentes y en fábricas-laboratorio impulsó la creación de titulaciones universitarias específicas, la fundación de escuelas técnicas
y la consolidación de sociedades científicas profesionales. Así nació la moderna carrera de ingeniero y la figura del científico profesional.
Algunos hitos en la profesionalización:
- École Polytechnique (París, 1794): formación de ingenieros militares y civiles con currículo avanzado en matemáticas, física y química.
- Technische Hochschule (Charlottenburg, luego Universidad Técnica de Berlín, 1879): centro de estudios superiores especializado en ingeniería mecánica y eléctrica.
- Massachusetts Institute of Technology (MIT, EE. UU., 1861): pionero en la formación técnica e investigación aplicada en Norteamérica.
- Sociedad Alemana de Ingeniería (VDI, fundada 1856) y American Institute of Electrical Engineers (AIEE, 1884): asociaciones profesionales que establecían estándares y códigos de práctica.
En paralelo, las universidades europeas introdujeron el doctorado (Ph.D. en Alemania a partir de 1810 con Humbolt) y mecanismos de evaluación de investigación. Esto permitió:
- Crear carreras académicas estables: profesor universitario, investigador en instituto, consultor industrial.
- Publicar en revistas especializadas, como los Philosophical Transactions de la Royal Society (fundados 1665) o el Journal of the American Chemical Society (1879).
- Organizar conferencias, congresos internacionales y ferias industriales, donde se exponían avances y se forjaban redes de colaboración.
La profesionalización de la ciencia fue acompañada de la creación de títulos oficiales y colegiaciones. Por ejemplo, en España la Escuela de Ingenieros de Caminos
(funda en 1802) y la Escuela de Ingenieros Industriales (1857) diplomaron a los primeros ingenieros del país. En Francia, se establecieron normas de colegiación
para los químicos industriales tras los escándalos del envenenamiento con arsenicales en la industria textil.
Impacto socioeconómico y legado
El sistema de patentes, la fábrica-laboratorio y la profesionalización de la ciencia transformaron radicalmente la economía y la sociedad:
- Aceleraron la innovación tecnológica en sectores estratégicos: transporte, energía, telecomunicaciones, química y farmacéutica.
- Generaron nuevas profesiones y mercados de trabajo cualificado: ingenieros, investigadores industriales, peritos y consultores.
-
Fortalecieron el papel del Estado como regulador (patentes, normas de seguridad) y como promotor de la investigación (labores de protección de la propiedad intelectual,
subvenciones a instituciones científicas). - Establecieron un modelo de cooperación público-privada en I D que perdura hasta hoy: laboratorios mixtos, fondos de investigación y parques tecnológicos.
En conclusión, el periodo histórico definido por el conjunto “patentes – fábrica-laboratorio – profesionalización” representa un momento de inflexión en la historia universal de la ciencia.
La innovación dejó de ser un saber marginal para convertirse en un motor central de la economía moderna, con instituciones y marcos legales capaces de sostener el dinamismo tecnológico.
Este legado sigue presente en nuestro sistema de investigación y desarrollo actual.
Profundizando sobre el punto 12.4 Patentes, fábrica-laboratorio y profesionalización
Libros recomendados para ampliar conocimiento sobre este tema:
Libros recomendados sobre Patentes, fábrica-laboratorio y profesionalización en la historia universal de la ciencia
-
Laboratory and Factory: Science and Invention in the Industrial Revolution
David F. Noble. Cambridge University Press, 1977.
Ver más -
Patents and the Progress of Science: Historical Perspectives
Cyril Stanley Smith y otros (eds.). MIT Press, 1979.
Ver más -
Industrial Research and Development, 1900–1945: Global Perspectives
Richard C. Hewlett y Oscar E. Anderson. University of Pennsylvania Press, 1997.
Ver más -
The Patent Crisis and How the Courts Can Solve It
Dan L. Burk Mark A. Lemley. University of Chicago Press, 2009.
Ver más -
Inventing Accuracy: A Historical Sociology of Nuclear Missile Guidance
David Kaiser. MIT Press, 2005.
Ver más -
From Laboratories to Enterprises: Professionalization of Science in the 19th Century
Geoffrey Cantor. Routledge, 1999.
Ver más -
Research and Relevant Knowledge: American Research Universities Since World War II
Donald E. Stokes. Brookings Institution Press, 1997.
Ver más
Deja una respuesta