41.2 Flogisto vs Lavoisier: cambio de lenguaje
Durante gran parte del siglo XVIII, la teoría del flogisto dominó la interpretación de los fenómenos de combustión, calcinación y respiración. Según esta hipótesis, formulada por Georg Ernst Stahl hacia 1703, todo material combustible contenía un principio generador de fuego, el flogisto, que se liberaba al arder. A finales de esa centuria, sin embargo, Antoine-Laurent de Lavoisier promovió un cambio radical de lenguaje y concepto que supuso la sustitución de la idea de flogisto por la noción de oxígeno y de procesos de oxidación. Este episodio ejemplifica la revolución científica: no solo se adoptaron nuevos datos experimentales, sino que también se transformó el marco verbal con que se definían las sustancias y sus reacciones.
Origen y desarrollo de la teoría del flogisto
La hipótesis del flogisto hunde sus raíces en la obra de Johann Joachim Becher (1667), quien propuso la existencia de una sustancia inflamable capaz de explicar la calcinación de los metales. Georg Stahl sistematizó esta noción, afirmando que al calentar un metal se desprendía flogisto, dejando tras de sí una calx o ceniza metálica. Así:
- 1703: Georg Ernst Stahl publica sus primeras investigaciones sobre flogisto.
- 1723: Se difunde en Europa la idea de que el flogisto es un principio extraíble con el fuego.
De acuerdo con Stahl, un metal puro pesaría más antes de perder flogisto que después de la combustión sin embargo, los experimentos mostraban sistemáticamente un aumento de peso al calcinarlos, lo que llevó a inventar explicaciones accesorias, como que el flogisto debía poseer “peso negativo”.
Experimentos clave bajo el paradigma flogístico
Los practicantes del flogisto midieron, a mediados del siglo XVIII, la masa inicial de un metal y la masa final de su calx. Por ejemplo:
Año | Metal | Masa inicial (g) | Masa de calx (g) |
1750 | Hierro | 100,0 | 125,3 |
1754 | Plomo | 50,0 | 58,2 |
Este aumento contradictorio desafiaba la intuición: ¿cómo perdía algo que, supuestamente, aportaba peso al metal? Para salvar el dogma, se alegó que el flogisto era más ligero que el aire o poseía peso negativo, lo cual iba complicando innecesariamente la teoría.
Primeras fisuras: oxígeno y aire desflogistizado
En 1774 Joseph Priestley aisló un gas al calentar óxido de mercurio, al que llamó “aire desflogistizado” (dephlogisticated air). Observó que en él un fuego ardía con gran energía y que los ratones sobrevivían más tiempo al respirar. Independientemente, en Suecia Carl Wilhelm Scheele había obtenido resultados similares en 1772, pero publicó sus hallazgos después que Priestley. A pesar de estos datos, los flogísticos interpretaban aquel gas como aire reforzado en su capacidad de recibir flogisto.
Lavoisier y la identificación del oxígeno
Antoine-Laurent de Lavoisier, tras reproducir los experimentos de Priestley, propuso en 1775 que aquel gas era un elemento químico capaz de combinarse con los metales y sustancias combustibles. Lavoisier midió con precisa balanza:
- 1,606 g de óxido de mercurio (HgO) al calentarse liberaban 0,429 g de oxígeno y dejaban 1,177 g de mercurio metálico.
- Al fundir fósforo en aire puro, la masa de la sustancia aumentaba en proporción al gas absorbido.
En 1778 publicó Réflexions sur le phlogistique, donde cuestionó la teoría del flogisto y demostró que la combustión consiste en la combinación de un cuerpo con un gas que denominó oxígeno (palabra que significa “productor de ácidos” en griego).
Cambio de lenguaje: del flogisto a la oxidación
La revolución lavoisieriana no se limitó a nuevos descubrimientos, sino que impuso un nuevo vocabulario:
- El término “combustión” pasó a definirse como la combinación de una sustancia con oxígeno.
- “Oxidación” y “reducción” sustituyeron los conceptos vagos de pérdida o ganancia de flogisto.
- Las palabras “acide” (ácido) y “base” se asimilaron a comportamientos químicos claros: el ácido dona protones y la base los acepta.
- Se aprobó la nomenclatura sistemática: se llamó óxido de hierro al resultado de 2Fe 3O₂, en lugar de “calx férrica”.
En 1787, Lavoisier y un comité de la Academia Francesa de Ciencias presentaron la Méthode de nomenclature chimique, que definió reglas para nombrar compuestos basadas en su composición elemental.
Reacciones y resistencias en la comunidad científica
No todos aceptaron inmediatamente el nuevo lenguaje. Richard Kirwan publicó en 1788 Essay on Phlogiston, defendiendo que el flogisto explicaba mejor la combustión. Químicos ingleses como Henry Cavendish y Joseph Black tardaron en abandonar parcialmente el flogisto. Sin embargo, la claridad conceptual y la coherencia cuantitativa de Lavoisier comenzaron a imponerse antes de la Revolución Francesa.
Consolidación final y legado
El lanzamiento en 1789 del Traité élémentaire de chimie de Lavoisier supuso un hito: por primera vez se mostraba una teoría química basada en pesos atómicos, en masa conservada y en un vocabulario preciso. A partir de entonces:
- Se abandonó la palabra “flogisto” en favor de “oxígeno”, “hidrógeno”, “nitrógeno” y otros elementos.
- La ley de conservación de la masa cimentó la cuantificación de las reacciones.
- El lenguaje de la química se equiparó al de la física y matemáticas, posibilitando el posterior desarrollo de la estequiometría y la valencia.
Tras el ajusticiamiento de Lavoisier en 1794, su obra siguió vigente. Ya en el siglo XIX, John Dalton, Jöns Jakob Berzelius y otros químicos continuaron refinando la nomenclatura y el método, pero siempre sobre la base conceptual lavoisieriana. El resultado fue la química moderna, que eliminó las ambigüedades flogísticas y adoptó un lenguaje universal.
Ejemplos ilustrativos de la transición
Año | Teoría | Interpretación del fenómeno |
1752 | Flogisto | La combustión libera flogisto, dejando la calx. |
1774 | Priestley | Aísla “aire desflogistizado” al calentar HgO. |
1778 | Lavoisier | Define oxidación como combinación con oxígeno. |
1787 | Comité de París | Publica nomenclatura sistemática de compuestos. |
1789 | Lavoisier | Presenta el Traité élémentaire y consolida el cambio lingüístico. |
En síntesis, el enfrentamiento entre la vieja escuela del flogisto y la propuesta de Lavoisier no fue solo una disputa experimental, sino un auténtico cambio de lenguaje. La química moderna nació cuando se abandonó un vocabulario confuso y se adoptó un sistema coherente, cuantitativo y universal, capaz de describir con precisión los fenómenos de la naturaleza.
Profundizando sobre el punto 41.2 Flogisto vs Lavoisier: cambio de lenguaje
Libros recomendados para ampliar conocimiento sobre este tema:
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Selección de obras clave para comprender el conflicto flogístico y la revolución lavoisieriana, así como el cambio de lenguaje en la historia de la química.
- A History of Chemistry, Vol. II – James R. Partington. Macmillan, 1961. ISBN 978-0333290640. Análisis detallado del tránsito del flogisto al oxígeno.
- Lavoisier: The Crucial Year (1789) – Henry Guerlac. Harvard University Press, 1961. ISBN 978-0674261629. Estudio profundo del trabajo y contexto de Lavoisier durante la revolución química.
- Flogisto y revolución química: de Stahl a Lavoisier – Pedro Guichard (ed.). Tecnos, 2005. ISBN 978-8430942895. Colección de ensayos sobre el cambio de lenguaje y conceptos.
- From Chemical Philosophy to Theoretical Chemistry – Mary Jo Nye. University of California Press, 1993. ISBN 978-0520071586. Análisis de la evolución conceptual en química entre 1800 y 1950.
- The Chemical Imagination: Writing about Chemistry, 1750–1930 – John L. Heilbron. Cambridge University Press, 2000. ISBN 978-0521790106. Reflexión sobre la escritura y comunicación en la química moderna.
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