34.1 Peritajes, medicina legal y tribunales
La práctica de la medicina legal y los peritajes forenses constituye una de las disciplinas más antiguas y a la vez más dinámicas en la historia de la ciencia. Desde los primeros escritos de la antigua China y el mundo grecorromano hasta los modernos análisis de ADN, esta área ha proporcionado herramientas decisivas para la administración de justicia, la identificación de víctimas y la investigación de crímenes. En este apartado se explorarán sus orígenes, hitos fundamentales, protagonistas, metodologías y repercusiones históricas en ámbitos judiciales de diversas épocas y regiones.
1. Antecedentes remotos y primeros textos forenses
Los primeros vestigios de lo que hoy consideraríamos medicina legal datan de la dinastía Song en China (siglos X–XIII), donde el libro Xinyu Ji (ca. 1247) recopiló casos de lesiones, ahogamientos y muertes violentas. Estos escritos establecían criterios para diferenciar homicidios de accidentes o suicidios y recomendaban inspecciones en escenas del crimen.
En el mundo clásico, Galeno (129–c.216 d.C.) aportó descripciones anatómicas que, aunque centradas en la medicina interna, servirían de referencia para posteriores disecciones judiciales. Sin embargo, fue en la Europa medieval donde empezaron a incorporarse peritajes en conflictos de tierras o disputas familiares, aunque aún sin estándares claros.
2. Renacimiento y primeros pasos modernos (siglos XVI–XVII)
El Renacimiento abrió el camino a la anatomía científica, favoreciendo también su aplicación legal. El cirujano francés Ambroise Paré (1510–1590) documentó heridas de armas de fuego y cortes con una precisión sin precedentes, lo que permitió diferenciar tipos de lesiones y estimar tiempos de inflexión de la muerte. Paralelamente, en Italia, el jurista Bartolomeo da Saliceto introdujo la idea de que la autopsia era prueba irrefutable en juicios de muerte sospechosa.
En 1686, el médico alemán Johann Ludwig Jürgensen publicó De Forensi Medicina, uno de los primeros tratados en Occidente que sistematizaba técnicas de inspección post-mortem, estimación de la hora de la muerte mediante rigor mortis y evaluación de heridas.
3. Siglo XVIII: consolidación académica y primeros cátedras
Durante el siglo XVIII, la medicina forense se impuso en los planes de estudio universitarios. En 1701 la Universidad de Leipzig creó una cátedra de Medicina Legal, mientras que en 1787 la Facultad de Medicina de la Universidad de París designó al toxicólogo Mathieu Orfila (1787–1853) director de un nuevo laboratorio. Orfila es reconocido como el padre de la toxicología moderna por sus estudios para detectar arsénico en tejidos, publicados en su obra Traité des poisons (1814).
En España, la Real Academia de Medicina de Madrid fundó en 1791 un Seminario de Medicina Legal y Toxicología. Entre sus primeros alumnos destacó Francisco Javier de Balmis, posteriormente famoso por la expedición de la vacuna antivariólica.
4. Siglo XIX: el peritaje se profesionaliza
El siglo XIX marcó la profesionalización de la medicina legal. En 1825 se creó en Viena la primera cátedra oficial bajo el mando de Joseph Škoda. A su vez, el Anexo de la Policía de París incorporó fotógrafos forenses y antropólogos militares tras la revolución de 1830.
En 1853 Alphonse Bertillon (1853–1914) presentó el «método Bertillon», un sistema de identificación basado en 11 medidas corporales que redujo el error al comparar individuos. Su obra Signalétique (1893) se convirtió en referencia internacional hasta la adopción de huellas dactilares.
A finales de siglo, el caso de Alfred Dreyfus (1894–1906) en Francia demostró el poder de los peritajes espurios y la necesidad de rigor científico en la justicia. Los peritos militares manipularon pruebas documentales y caligráficas, lo que desembocó en un escándalo político y la apertura de debates sobre ética forense.
5. Avances en la identificación biológica: huellas y sangre
A comienzos del siglo XX, Francis Galton (1822–1911) sentó las bases de la dactiloscopía. En 1903 el gobierno indio adoptó un sistema de clasificación de huellas digitales, y en 1905 la Scotland Yard introdujo este método en el Reino Unido.
Por su parte, el desarrolló de la prueba de precipitación de Paul Uhlenhuth (1870–1957) en 1901 permitió distinguir la sangre humana de la animal mediante suero anticucino. La prueba de grupo sanguíneo de Karl Landsteiner (1900) también se introdujo en tribunales para excluir o incluir sospechosos.
6. Cronología de hitos relevantes
1247 | Xinyu Ji: primeros textos forenses en China. |
1686 | Publicación de De Forensi Medicina por J. L. Jürgensen. |
1787 | Mathieu Orfila dirige laboratorio de toxicología en París. |
1825 | Creación de la cátedra de Medicina Legal en Viena. |
1893 | Alphonse Bertillon publica Signalétique. |
1903–1905 | Galton y sistema de huellas dactilares en India y UK. |
1984 | Sir Alec Jeffreys descubre la impronta genética (DNA fingerprinting). |
7. Peritajes en el ámbito judicial: procedimientos y ramas
Los peritajes forenses se dividen en varias ramas:
- Medicina legal: autopsias, lesiones, estimación de la causa y hora de la muerte.
- Toxicología forense: detección de tóxicos y sustancias en fluidos y tejidos.
- Dactiloscopía y antropología forense: identificación de personas vivas y fallecidas.
- Genética forense: análisis de ADN para confirmar o descartar vínculos biológicos.
- Balística y criminalística: estudio de armas de fuego, proyectiles y huellas de disparo.
- Documentoscopia y grafística: autenticidad de documentos y análisis de escritura.
Cada peritaje debe seguir protocolos estandarizados y cadenas de custodia estrictas para garantizar la integridad de las pruebas. Los informes periciales se presentan ante jueces o tribunales y, en algunos sistemas, los peritos pueden ser citados a declarar en juicio.
8. Ejemplos históricos de peritajes decisivos
- Juicio de Luis XVI (1792–1793): las autopsias de cuerpos fallecidos en la Bastilla sirvieron para legitimar la versión revolucionaria de los hechos.
- Asesinato de Lincoln (1865): el informe de los médicos de la Casa Blanca documentó la herida de bala para reconstruir la trayectoria y descartar conspiraciones alternativas.
- Serie de crímenes de Jack el Destripador (1888): por primera vez se emplearon dibujos anatómicos de las lesiones para intentar perfilar al autor, aunque sin éxito concluyente.
- Atentado de Wall Street (1920): se analizó la composición de los explosivos y se identificó un lote de dinamita procedente del norte de Europa.
- Caso O. J. Simpson (1995): el análisis de sangre y ADN recogido en la residencia y el vehículo resultó central en la absolución, pese a la controversia sobre contaminación de pruebas.
9. La revolución del ADN y la era moderna
En 1984 Sir Alec Jeffreys, en la Universidad de Leicester (Reino Unido), desarrolló la técnica de huella genética (DNA fingerprinting). El primer caso judicial en usar este método ocurrió en 1986, en el que se resolvió un doble asesinato en Leicestershire, exonerando a un hombre injustamente acusado.
Desde entonces, la genética forense ha avanzado exponencialmente. El Proyecto Genoma Humano (1990–2003) y el refinamiento de la PCR (reacción en cadena de la polimerasa) han permitido:
- Perfiles de ADN en muestras mínimas (gotas de sudor, cabello, restos óseos).
- Bancos de datos nacionales e internacionales, como CODIS en EE.UU. o EURODAC en la Unión Europea.
- Reconstrucción de rostros faciales a partir de huesos craneales mediante métodos computacionales.
10. Retos éticos y tecnológicos
La creciente capacidad tecnológica plantea desafíos éticos:
- Privacidad genética: quién tiene acceso a la información del perfil de ADN.
- Errores y contaminación: asegurar correcto manejo y análisis en laboratorios.
- Perfiles fenotípicos: predicción de rasgos físicos a partir de datos genéticos.
- Responsabilidad pericial: formación y acreditación de los expertos para evitar fraudes y sesgos.
A pesar de estos retos, los peritajes forenses continúan evolucionando. En la actualidad se emplean tecnologías de realidad virtual para recrear escenas del crimen y sistemas de inteligencia artificial para clasificar huellas, balística y patrones de sangre.
11. Conclusión
Desde los antiguos textos chinos hasta los sofisticados análisis de ADN, la medicina legal y los peritajes han acompañado el desarrollo del Estado de derecho y la ciencia forense. A lo largo de siglos, las aportaciones de anatomistas, toxicológicos, antropólogos y genetistas han permitido administrar justicia con mayor precisión, reduciendo errores judiciales y esclareciendo crímenes complejos. La historia universal de la ciencia forense es un testimonio del diálogo entre rigor científico, innovación tecnológica y respeto a los principios éticos, pilares fundamentales para la credibilidad de los tribunales y la protección de los derechos humanos.
Profundizando sobre el punto 34.1 Peritajes, medicina legal y tribunales
Libros recomendados para ampliar conocimiento sobre este tema:
Recomendaciones de libros: 34.1 Peritajes, Medicina Legal y Tribunales
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Manual de Medicina Forense
Autor: Antonio Busto Vallejo Año: 2010 Editorial Médica Panamericana. Introducción exhaustiva a la práctica pericial y valoración de lesiones.
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Medicina Legal en la Práctica Forense
Autor: Jorge E. Martínez Fernández Año: 2015 Editorial Labor. Aborda aspectos clínicos y legales de la práctica forense.
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La Prueba Pericial en el Proceso Penal
Autor: Vicente Gimeno Sendra Año: 2008 Editorial Tirant Lo Blanch. Análisis de la prueba pericial en el ámbito judicial.
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Historia de la Medicina Forense
Autor: José A. Lorente Acosta Año: 2013 Editorial Síntesis. Recorrido histórico desde la antigüedad hasta la era moderna.
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Tribunales y Jurisdicción Médica
Autor: Cristina Rey Pastor Año: 2017 Editorial Dykinson. Estudio de la evolución de los tribunales médicos y su impacto científico.
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Tanatología Legal y Ciencias Forenses
Autor: Carlos F. Cembrano Ramos Año: 2011 Editorial Síntesis. Manual especializado en muerte violenta y peritajes postmórtem.
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