24. Género, clase y ciencia

Género, clase y ciencia: Historia universal

La interacción entre género, clase social y producción del conocimiento científico ha marcado profundamente el desarrollo de la ciencia desde la Antigüedad hasta la actualidad. Este punto explora cómo las relaciones de poder, las estructuras de exclusión y las dinámicas de clase han determinado quién ha tenido acceso a la educación, quién ha podido investigar y cómo se ha validado o invisibilizado el trabajo de ciertos grupos. A lo largo de siglos, las barreras de género y las diferencias de clase han impedido la participación plena de mujeres y de científicos de extracción social humilde, condicionando no solo la dimensión social de la ciencia, sino también sus contenidos y prioridades.

1. Antigüedad y Edad Media: exclusión de mujeres y clases populares

En la Antigüedad clásica, la ciencia (filosofía natural, matemáticas, medicina) se desarrolló en espacios controlados por elites masculinas. Aunque existieron figuras excepcionales—como Hipatia de Alejandría (370–415 d.C.)—su práctica y transmisión de conocimiento fueron la excepción que confirmaba la regla. Hipatia enseñó matemáticas y astronomía en la Biblioteca de Alejandría, pero tras su muerte violenta quedó patente la intolerancia de género y religiosa: las mujeres eruditas eran vistas como anomalías sociales.

Durante la Edad Media europea (500–1500), la Universidad nació alrededor del siglo XII (Bolonia 1088, París 1150, Oxford c. 1167) como institución para varones libres pertenecientes a las clases altas o medias altas. Las mujeres quedaron relegadas al ámbito doméstico o a órdenes monacales—donde poquísimas pudieron estudiar—y las clases populares carecían de recursos para sostener estudios formales. En las ciudades italianas, los artesanos y aprendices sí manejaban conocimientos técnicos (forjas, talleres), pero no tenían acceso a la “ciencia oficial” respaldada por la Iglesia o la nobleza.

2. Renacimiento y ciencia moderna temprana: mecenazgo y persistencia de exclusiones

El Renacimiento (siglos XV–XVI) abrió interrogantes nuevos en astronomía, anatomía y cartografía. Sin embargo, el conocimiento seguía estando sujeto a patrocinios aristocráticos o eclesiásticos. Mujeres como Sofonisba Anguissola (1520–1625) destacaron en pintura científica, pero no en laboratorios.

En 1543, Nicolás Copérnico publicó De revolutionibus orbium coelestium, pero solo varones pudientes o vinculados al clero podían estudiar latín y matemáticas necesarias para entender su obra. A principios del siglo XVII, Galileo Galilei (1564–1642) obtuvo el cargo de profesor en la Universidad de Pisa en 1589, gracias a apoyos patrimoniales y familiares. En contraste, Laura Bassi (1711–1778) debió recibir un doctorado honoris causa en Bolonia en 1732 para ejercer docencia, porque las universidades italianas no admitían mujeres oficialmente.

3. Siglo XVIII y la Ilustración: reivindicaciones y limitaciones

La Ilustración (c. 1700–1800) trajo ideas de igualdad de razón, pero no se tradujo en igualdad de género o clase. Madame du Châtelet (1706–1749) tradujo y comentó las Principia de Newton en 1742, pero al morir en 1749 quedó fuera del “canon” científico. Su correspondencia con Voltaire y Émilie Le Tonnelier de Breteuil, marquesa de Châtelet, revela los límites sociales: ambas pertenecían a la nobleza y aún así requerían el aval masculino para publicar.

Simultáneamente, las clases populares aportaban saberes prácticos: mujeres curanderas, parteras y obreros en minas aportaban experiencias empíricas al conocimiento químico y geológico. Sin embargo, carecían de reconocimiento institucional y sus aportes fueron tradicionalmente apropiados por eruditos de mayor rango social.

4. Revolución Industrial y ciencia profesionalizada (siglo XIX)

A mediados del XIX, la ciencia se profesionaliza con el surgimiento de instituciones como la Royal Society (fundada 1660) o la Academia de Ciencias de París (fundada 1666). La formación científica se concentran en universidades y laboratorios instalados en centros urbanos. El acceso a educación media y superior seguía estrictamente reservado a hombres de clase media-alta y alta.

Ejemplos de movilidad social:

  • Michael Faraday (1791–1867): hijo de un herrero londinense, aprendió química como aprendiz de encuadernador. Gracias a su ingenio fue admitido en la Royal Institution en 1813 y descubrió la inducción electromagnética en 1831.
  • William Herschel (1738–1822): ex músico de la orquesta del Elector de Hannover emigró a Inglaterra. Observaciones sistemáticas le llevaron al descubrimiento de Urano en 1781, aportando al debate sobre el Sistema Solar.

Sin embargo, las mujeres de clase trabajadora quedaron confinadas a la ciencia “doméstica”: botánica de jardines privados o química en laboratorios caseros, con tiradas limitadas de publicaciones en folletos. Fue habitual que esposas y hermanas de científicos figuraran como asistentes no reconocidas.

5. Siglo XX: lucha por la igualdad de género y reclamos de las clases populares

En el siglo XX se consolidan las revoluciones sociales y científicas. La Primera Guerra Mundial (1914–1918) y la Segunda Guerra Mundial (1939–1945) movilizaron a mujeres a tareas de investigación y técnica. Sin embargo, al concluir los conflictos, muchas fueron devueltas al ámbito doméstico.

Ejemplos destacados:

Nombre Fechas Aporte Contexto de clase/género
Marie Curie 1867–1934 Descubrimiento del radio y polonio (1898), premio Nobel en Física (1903) y Química (1911). Hija de familia modesta en Polonia. Se trasladó a París en 1891 pese a su genio, enfrentó prejuicios académicos por ser extranjera y mujer.
Rosalind Franklin 1920–1958 Fotografía de rayos X reveló la estructura de doble hélice del ADN (1952). Trabajó en King’s College London sus hallazgos se usaron sin reconocerla en el Nobel 1962 (Watson, Crick, Wilkins).
Lise Meitner 1878–1968 Teoría de la fisión nuclear (1938) junto a Otto Hahn. Austríaca judía, exiliada a Suecia en 1938 excluida del Nobel de 1944.

Paralelamente, en la Unión Soviética tras la revolución de 1917 se promovió formalmente la participación femenina en la ciencia. Entre 1920 y 1950 aumentó del 10% al 40% la proporción de mujeres en carreras científicas sin embargo, muchas ocupaban puestos auxiliares, sin plena autonomía ni reconocimiento.

6. Movimientos feministas y democratización de la ciencia (segunda mitad del siglo XX)

La emergencia del feminismo de segunda ola en los años 1960–1970 impulsó estudios de «ciencia, tecnología y sociedad» (CTS) que cuestionaron la supuesta neutralidad épistémica. Autoras como Evelyn Fox Keller y Sandra Harding denunciaron la «objetividad masculina» en la ciencia y propusieron perspectivas feministas.

  1. 1966: Fundación de la revista Signs: Journal of Women in Culture and Society.
  2. 1986: Conferencia de Nairobi de la ONU fomenta la inclusión de género en ciencia y tecnología.
  3. 1999: Declaración de Beijing insta a los países a promover el acceso de mujeres a la educación científica.

En paralelo, en América Latina y África resurgieron saberes tradicionales (etnobotánica, medicina indígena). Comunidades campesinas y pueblos originarios ejercieron presión para el reconocimiento de sus conocimientos ancestrales en foros como la Convención sobre la Diversidad Biológica (1992).

7. Siglo XXI: brechas persistentes y avances recientes

Hoy existe mayor visibilidad de las brechas de género y clase en STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Según la UNESCO (2020), solo el 33% de investigadores en el mundo son mujeres. La disparidad es más acusada en química, física e ingeniería (< 25%) que en biología o medicina (c. 40%).

Principales desafíos actuales:

  • Brecha salarial: las científicas ganan un 28% menos que sus colegas masculinos.
  • Techo de cristal: solo el 17% de cátedras y posiciones de liderazgo científico están ocupadas por mujeres.
  • Acceso desigual para comunidades rurales y de bajos ingresos: menos becas, infraestructuras y conexiones internacionales.

No obstante, hay señales de cambio: iniciativas como 500 Women Scientists y la Agenda 2030 de la ONU (Objetivo 5: Igualdad de género, Objetivo 9: Industria, innovación e infraestructura) promueven políticas de acción afirmativa, mentorías y fondos exclusivos para investigadoras.

Conclusión

La historia de la ciencia demuestra que género y clase han sido factores estructurales en la construcción del saber. Las mujeres y las clases populares han aportado conocimientos esenciales, pero a menudo invisibilizados o apropiados por elites. Solo a través de la democratización de la educación, políticas de igualdad de género y reconocimiento de saberes subalternos podremos avanzar hacia una ciencia verdaderamente inclusiva y representativa de toda la diversidad humana.

Profundizando sobre el punto 24. Género, clase y ciencia

Libros recomendados para ampliar conocimiento sobre este tema:

Libros recomendados sobre Género, clase y ciencia (Historia universal de la ciencia)

  1. The Mind Has No Sex? Women in the Origins of Modern Science

    Autor: Londa Schiebinger. Año: 1989.

    Estudio pionero sobre la exclusión de las mujeres en la génesis de la ciencia moderna y el papel de las construcciones de género en el saber científico.

    Referencia: https://www.hup.harvard.edu/catalog.php?isbn=9780674384853

  2. Reflections on Gender and Science

    Autor: Evelyn Fox Keller. Año: 1985.

    Análisis de cómo las metáforas y modelos científicos tradicionales incorporan prejuicios de género, proponiendo nuevas formas de pensamiento.

    Referencia: https://mitpress.mit.edu/books/reflections-gender-and-science

  3. Primate Visions: Gender, Race, and Nature in the World of Modern Science

    Autora: Donna J. Haraway. Año: 1989.

    Explora las intersecciones de género, raza y clase en la primatología, mostrando cómo la ciencia refleja y refuerza jerarquías sociales.

    Referencia: https://www.routledge.com/Primate-Visions-Gender-Race-and-Nature-in-the-World-of-Modern-Science/Haraway/p/book/9780415513838

  4. The Science Question in Feminism

    Autora: Sandra Harding. Año: 1986.

    Revisa críticamente las bases epistemológicas de la ciencia tradicional y defiende una perspectiva situada que incorpore género y clase.

    Referencia: https://www.dukeupress.edu/the-science-question-in-feminism

  5. Ecofeminism

    Autoras: Maria Mies y Vandana Shiva. Año: 1993.

    Relaciona la explotación de la naturaleza con la opresión de las mujeres y las clases populares, proponiendo alternativas de conocimiento y práctica científica.

    Referencia: https://zedbooks.net/shop/book/ecofeminism-2/

  6. Agnotology: The Making and Unmaking of Ignorance

    Editors: Robert N. Proctor y Londa Schiebinger. Año: 2008.

    Volumen colectivo que aborda cómo factores sociales—incluyendo género y clase—producen vacíos de conocimiento intencionados o estructurales.

    Referencia: https://stanford.universitypressscholarship.com/view/10.11126/stanford/9780804754765.001.0001/upso-9780804754765

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