24.3 Ciencia ciudadana y movimientos sociales
La ciencia ciudadana se refiere a la participación activa de aficionados, voluntarios y comunidades en la producción de conocimiento científico. A lo largo de la historia universal de la ciencia, esta colaboración entre científicos profesionales y ciudadanos ha impulsado descubrimientos, generado datos masivos y fortalecido movimientos sociales vinculados a causas ambientales, de salud pública o de justicia social. En este apartado exploraremos cómo surgió este fenómeno, sus hitos más relevantes y ejemplos concretos que ilustran su alcance desde el siglo XIX hasta la actualidad.
Orígenes históricos y naturalistas decimonónicos
En el siglo XIX, el naturalismo aficionado se consolida como antecedente directo de la ciencia ciudadana. En Europa y América, coleccionistas y observadores amateurs contribuyeron a la taxonomía y biogeografía de especies:
- En 1833, el ornitólogo aficionado John James Audubon publicó su obra Birds of America, con ilustraciones detalladas de 435 especies.
- En 1859, Charles Darwin, aunque profesional, contó con datos de corresponsales amateurs de todo el Imperio británico para elaborar El origen de las especies. Sus “paseos” con recolectores locales le proporcionaron especímenes y observaciones.
- En 1870, la creación de sociedades de historia natural, como la Boston Society of Natural History, formalizó registros de aficionados que intercambiaban observaciones y especímenes.
Estos antecedentes demostraron que la participación ciudadana no solo aportaba cantidad de datos, sino también diversidad geográfica y cultural.
Primeras redes de colaboración: meteorología y ornitología
A finales del siglo XIX y comienzos del XX, varias iniciativas consolidadas de “observadores ciudadanos” organizaron redes de recolección de información científica en ámbitos concretos. Destacan:
- 1873: Fundación de la British Meteorological Office, con grupos de voluntarios que remitían datos de temperatura, presión y precipitación desde estaciones rurales.
- 1900: Inauguración del Christmas Bird Count por la Audubon Society en Estados Unidos. Cada 25 de diciembre miles de voluntarios registran aves durante 24 horas, generando una base de datos continua desde 1900.
Estos proyectos demostraron la capacidad de comunidades locales para sostener observatorios científicos a gran escala y a lo largo del tiempo.
Movimientos sociales y ecologismo emergente (1960–1980)
En las décadas de 1960 y 1970, el activismo ambiental y social impregnó la práctica científica y la ciencia ciudadana. El Primer Día de la Tierra (22 de abril de 1970) reunió a más de 20 millones de personas en EE. UU. para reclamar políticas de protección ambiental. Al surgir grupos como Greenpeace (fundada en 1971), la ciencia ciudadana se vinculó con acciones directas:
- Protestas contra pruebas nucleares en la Isla de Amchitka (1971–1972), con mediciones de radiación realizadas por voluntarios.
- Campañas de monitoreo de derrames de petróleo, marcando playas y cantidades de hidrocarburos con protocolos sencillos accesibles al público.
Estos movimientos impulsaron la idea de “ciencia con propósito” y la obligación moral de los científicos y ciudadanos de preservar el medio ambiente.
La era digital y el auge de la ciencia ciudadana (1990–2005)
La aparición de Internet y el procesamiento distribuido transformaron la ciencia ciudadana. A continuación algunos hitos clave:
1996 | Inicia Weather Underground, plataforma que recopila datos meteorológicos de estaciones domésticas. |
1999 | Se lanza SETI@home, proyecto de la Universidad de California que utiliza ciclos ociosos de computadoras voluntarias para buscar señales de vida extraterrestre. |
2002 | Ebird, de la Cornell Lab of Ornithology, permite a observadores de todo el mundo reportar avistamientos, alcanzando 500.000 listas de aves anuales en 2010. |
Estas iniciativas demostraron que la ciencia ciudadana podía movilizar recursos informáticos y de observación a escala global, generando datos masivos (big data) para investigaciones profesionales y de políticas públicas.
Ciencia ciudadana y justicia ambiental en el siglo XXI
La ciencia ciudadana se diversifica en áreas de salud, contaminantes y justicia ambiental. Comunidades vulnerables utilizan herramientas de bajo costo para documentar problemas de salud y contaminación:
- 2005–2010: El proyecto CITI-SENSE en Europa desarrolla sensores urbanos de calidad del aire de bajo coste, operados por ciudadanos en 10 ciudades.
- 2012: En Mossville (Louisiana), la organización Air Alliance Houston capacita a residentes para medir compuestos orgánicos volátiles cerca de refinerías, influyendo en normativas estatales.
- 2014: En India, la India NGO Forum usa kits de testeo de pesticidas en frutas y verduras distribuidos a 1.500 hogares, revelando niveles superiores a límite en 30% de muestras.
Estos ejemplos muestran cómo el empoderamiento científico de la ciudadanía ayuda a visibilizar riesgos y a exigir responsabilidad a gobiernos y empresas.
Plataformas colaborativas y ciencia abierta
La consolidación del movimiento de ciencia abierta (“open science”) en la última década ha fortalecido la ciencia ciudadana. Plataformas colaborativas facilitan el intercambio de protocolos, datos y resultados:
- 2010–2015: La plataforma Galaxy Zoo involucra a más de un millón de usuarios en la clasificación de galaxias sus resultados se publican en revistas científicas con revisión por pares.
- 2013: Lanzamiento de SciStarter, portal que agrupa 1.500 proyectos de ciencia ciudadana en biodiversidad, salud, astronomía y arqueología.
- 2017: Publicación del manifiesto Citizen Science Global Partnership que agrupa instituciones de 85 países para promover políticas públicas basadas en ciencia ciudadana.
Esta fase refuerza la transparencia, la accesibilidad y la colaboración internacional como principios de la investigación moderna.
Ejemplos recientes: salud pública y urgencias globales
La pandemia de COVID-19 puso de relieve la relevancia de los datos ciudadanos para el monitoreo epidémico. Iniciativas destacadas:
- 2020: COVID Symptom Study, coorganizado por la Universidad de King’s College (Reino Unido) y la app ZOE, recopila síntomas diarios de 4 millones de usuarios, contribuyendo al análisis de olas epidémicas y variantes virales.
- 2021: Proyecto Flu Near You (Estados Unidos) amplía su enfoque a COVID-19 sus datos comparativos permiten predecir picos locales con hasta dos semanas de antelación respecto a los sistemas oficiales.
Estas iniciativas muestran cómo la participación ciudadana fortalece la vigilancia epidemiológica y la toma de decisiones en salud pública.
Retos y perspectivas futuras
Aunque la ciencia ciudadana ha crecido exponencialmente, enfrenta desafíos:
- Garantizar calidad y fiabilidad de los datos recogidos por no expertos.
- Superar brechas digitales y de alfabetización científica para incluir comunidades marginadas.
- Configuración de marcos regulatorios que reconozcan el valor científico y ético de la participación ciudadana.
De cara al futuro, la integración de inteligencia artificial, sensores de bajo costo y metodologías de participación digital promete expandir aún más el alcance de la ciencia ciudadana. Sectores como la exploración oceanográfica, la investigación de cambio climático y la astrobiología planean convocar a millones de ciudadanos para recopilar datos en tiempo real.
Conclusión
La ciencia ciudadana ha transitado desde las observaciones de naturalistas victorianos hasta proyectos globales de salud pública y justicia ambiental. Su desarrollo está íntimamente ligado a movimientos sociales que han demandado una ciencia más democrática, abierta y responsable. Con más de dos siglos de historia, la ciencia ciudadana se posiciona hoy como un componente esencial de la investigación científica y de la acción social, capaz de combinar la rigurosidad académica con la legitimidad y el empoderamiento de las comunidades.
Profundizando sobre el punto 24.3 Ciencia ciudadana y movimientos sociales
Libros recomendados para ampliar conocimiento sobre este tema:
Libros en español
-
Ciencia Ciudadana: una aproximación interdisciplinar, Oscar García Palomo y Ana Muñoz Leiva.
Editorial UNAM -
La participación ciudadana en la ciencia, Raúl Zabala Martreta (coord.).
Icaria Editorial -
Ciencia, tecnología y movimientos sociales, María Esther del Val.
Revista de Física -
Historia social de la ciencia contemporánea, Jesús Galindo Pérez.
Bubok -
Movimientos sociales y activismo científico, Carla Zamora (ed.).
Editorial Continta
Libros en inglés
-
Citizen Science: Theory and Practice, Janis L. Dickinson et al.
Citizen Science Association -
Citizen Science: Innovation in Open Science, Society and Policy, Susanne Hecker, Muki Haklay et al. (eds.).
Springer -
Science for the People: Documents from America’s Movement of Radical Science, Constance Penley y Paul Lyons (eds.).
Sci-for-the-People -
Science in Action: How to Follow Scientists and Engineers through Society, Bruno Latour.
Harvard UP -
Science, Truth, and Democracy, Philip Kitcher.
Oxford UP -
Citizen Science: Public Participation in Environmental Research, Janis L. Dickinson y Rick Bonney (eds.).
Springer
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